Me inicié de muy pequeña, tenía 3 años y quería probar algún deporte y mi mamá me llevó a natación y me gustó. Dejé un año, pero luego volví para no dejar más. Mis papas fueron siempre los que me incentivaron.

Nunca me imaginé que este deporte me iba a dar tantas satisfacciones y hoy, cada vez que me tiro al agua a nadar, soy un poco más feliz. Lo que más me gusta es que los profes nunca nos presionan, y te dan tu tiempo para adaptarte, siempre les podés preguntar lo que sea y te van a contestar sin problema. Por ejemplo, mi profe Ágatha siempre te felicita y no le importa si salís primero o último.

Me gustaría llegar a ser nadadora profesional y poder participar de unas olimpiadas.

Me llevo muy bien con los profes y con todos mis compañeros de equipo.

Me encanta que ICB esté presente porque gracias a ellos vamos a llegar muy lejos y a hacer muchas cosas. Contar con su apoyo nos hizo poder tener nuevos desafíos y aspiraciones como equipo y llegar a altas competencias.